Biografía y Contacto

Artista colombiana destacada en diversas publicaciones nacionales e internacionales y cuya extensa obra abarca una de las más importantes memorias de la arquitectura del ladrillo. Su fotografía ha obtenido importantes premios y distinciones, entre los que sobresale el Primer Puesto en el Salón de Arte Banco-MARA, Caracas (Venezuela), 2002. Algunos de sus trabajos han merecido ser portadas en reconocidos medios de comunicación, tales como: Construire In Laterizzio (Roma, Italia, 2007); Revista Aló, Diners, Terracota y Minería Colombiana, entre otras.
Se ha desempeñado como directora de Relaciones Públicas de la Fundación Común Presencia, entidad gestora de proyectos culturales. En la actualidad pertenece a Garavato, Animación. Dentro de su realización fotográfica independiente, ha elaborado diversos trabajos para los artistas plásticos colombianos.
e-mail: esperanzavallejo08@hotmail.com

Exposición Homenaje a Clásicos del Erotismo

© Fotografía de Esperanza Vallejo

De izquierda a derecha: Gonzalo Márquez Cristo, Nicolás De la Hoz, Eduardo Esparza, Ángel Loochkartt, Armando Villegas, Sergio Trujillo Béjar, Jim Amaral, Adriana Patiño, Augusto Rendón, Carlos Granada, Amparo Osorio, Manolo Colmenares y Fernando Maldonado

REPORTERÍA

FOTOGRAFÍA ARTÍSTICA


OFRENDAS
Por Gonzalo Marquez Cristo
                                                     
La fotografía es un arte porque puede mentir.
                                                                              Henry Peach Robinson

Como negación del anacrónico eterno femenino hallamos a la múltiple mujer-signo, a la encarnación de una imagen géiser o de una fuente en la noche para decirlo con palabras de Paz; en un tránsito fotográfico que se reviste de árboles, de hojas, de adoquines, de espigas, con la certeza de que sólo existe lo que perturbamos, de que un cuerpo debe ser silencio en sus más profundas manifestaciones, debe ser definición elemental, debe ser luz cautiva.
La estrategia consiste en hallar durante la noche una prisión de luz para ciertos árboles, en apresar la textura del follaje, o en captar las inquietantes formas de flores o de minerales para después vertirlas sobre un cuerpo complementario, que las haga más intensas, más eróticas, es decir más eficaces.
Portar la luz en un cántaro y voltearlo para lavar los cuerpos, para encontrar manifestaciones elusivas de la materia, intensidades de una piel que impone sus contornos para dedicarse a soñar...
Pintar con luz, no sólo es una definición clásica de la Fotografía, sino la precisa demostración de un universo mágico surgido hace siglo y medio, que en su desarrollo desvió de curso a la Pintura, luchó por ser considerada Arte, y cuando lo fue, renegó de ésta forma estática de la cultura —en palabras de Man Ray— , para ser un acto humano, precario, elemental y tan importante como la siembra.
La Fotografía que avala la experiencia, el amor, el testimonio, e incluso abyectas formas de la publicidad, ha demostrado hace varias décadas su rigurosa alianza con el sueño. Aquí los árboles pueden retorcer sus brazos al atardecer como en el poema de Huidobro, encuentran en la mujer una forma distinta e imprescindible, y los pétalos se doblan de éxtasis. Los cuerpos son poseídos por un espíritu vegetal o mineral, y la rugosidad de un tronco es la cadencia de un torso estremecido.
Por la Fotografía las imágenes son más reales que las cosas, el recolector de imágenes viene equiparado de su memoria hecha papel y haluros de plata, para testimoniar sus viajes, sus búsquedas interiores, sus sueños y el deseo de un mundo crítico, humano, que realice el sueño de Cortázar de transformar la estética en erótica.
La magia no debe ser explicada, el hechicero nunca debe traducir sus secretos para la pervivencia del asombro. La Fotografía puede aspirar a ser como la Música o la Literatura: una mentira esencial, y a renovarnos incesantemente la mirada. Un engaño esencial, sí; vivencia, aventura despojada de cánones estéticos, porque como lo dijo Nietzsche: experimentar algo como bello significa, experimentarlo necesariamente en forma errónea.
Cada material impone al diseño leyes que le son inexorables.
Rogelio Salmona

MEMORIA ARQUITECTÓNICA




LAS CIUDADES INVISIBLES (fragmento)
Por Italo Calvino

Los antiguos construyeron Valdrada a orillas de un lago con casa de galerías una sobre otra y calles altas que asoman al agua los parapetos de balustres. Así el viajero ve al llegar dos ciudades: una directa sobre el lago y una de reflejo invertida. No existe o sucede algo en una Valdrada que la otra Valdrada no repita, porque la ciudad fue construida de manera que cada uno de sus puntos se reflejara en su espejo, y la Valdrada del agua, abajo, contiene no solo todas las canaladuras y relieves de las fachadas que se elevan sobre el lago, sino también el interior de las habitaciones con los cielos rasos y los pavimentos, la perspectiva de los corredores, los espejos de los armarios.
Los habitantes de Valdrada saben que todos sus actos son a la vez ese acto y su imagen especular, que posee la especial dignidad de las imágenes, y esta conciencia les veda abandonarse por un solo instante al azar y al olvido. Cuando los amantes mudan de posición los cuerpos desnudos piel contra piel van buscando como ponerse para sacar más placer el uno del otro, cuando los asesinos empujan el cuchillo en las venas negras del cuello y cuanta más sangre coagulada sale a borbotones más hunden el filo que resbala entre los tendones, incluso entonces no es tanto el acoplarse o matarse lo que importa como el acoplarse y matarse de las imágenes límpidas y frías en el espejo.
El espejo ya acrecienta el valor de las cosas, ya lo niega. No todo lo que parece valer fuera del espejo resiste cuando se refleja. Las dos ciudades gemelas no son iguales, porque nada de lo que existe o sucede en Valdrada es simétrico: a cada rostro y gesto responden desde el espejo un rostro o gesto invertido punto por punto. Las dos Valdradas viven una para la otra, mirándose a los ojos de continuo, pero no se aman.